El cazador de incendios
Iris Rivera
Ilust. María Wernicke
Buenos Aires
Edelvives
2009
Hay fuegos y muchísimas formas de apagarlos. Hay un Cazador de incendios y mil estrategias para que realice bien su trabajo, inclusive él puede apagar fuegos de guerra. Los tonos rojos irrumpen en los callados tierra, en medio de esas figuras espigadas de Wernicke, para contar la historia de los fuegos.
Pero un fuego indomable, distinto, un fuego que se clavó en el corazón del Cazador remite por sinonimia, página a página al amor. Fuego, corazón, amor, se funden metafórica y simbólicamente, hasta que el personaje se encuentra con la autora de semejante flechazo, para “abrazarse o abrasarse”.