El hombre que creía en la luna
El hombre que creía en la luna
- 13 agosto, 2016
- Posted by: Jitanjáfora
- Category: Noticias
El hombre que creía en la luna
VALENTINO, Esteban
Buenos Aires
Editorial Norma (Colección Torre de Papel)
2000
Esta novela de Esteban Valentino, quizás una de las menos conocidas, presenta, ya desde el título, una invitación al mundo de la niñez: es una suerte de resistencia frente al pragmatismo poco sensible del adulto. A pesar de todo, hay un hombre que cree, que quiere creer en algo que, en apariencia, “no sirve para nada”, pero que está “ahí”, y sin dudas, “vale la pena”.
El texto está escrito a dos voces: desde el punto de vista del niño, que casualmente tiene nombre (o sobrenombre) de adulto: Tito, y desde el punto de vista de su amigo, el linyera apodado “Guaso”, en representación de la voz del adulto.
El tercer personaje en cuestión, el Tío Chelo, no tiene voz propia en la historia, sin embargo es el artífice de la misión encargada de recuperar la noche, en manos de una pandilla inescrupulosa, y de la credibilidad colectiva en la luna; cuestión por demás difícil para un pueblo que considera a la luna una mala palabra, ya que, por ejemplo, llama “medias no estrellas” a las medialunas o trata de “alunados” a los malos tipos.
Los tres personajes, entonces, actúan en forma complementaria: a la inocencia propia del niño, se le suma la sensatez, (y no por ello, menos ternura del adulto, que no casualmente es un marginal), junto con el arrojo y la capacidad de acción propias de la juventud, valores encarnados por el Tío del niño.
La historia puede leerse, por momentos, en clave policial o en clave de aventuras. El bien triunfa en una historia atrapante y tierna que arranca más de una sonrisa al lector. El mundo, amenazado por una legión maligna y un poco absurda, que quiere adueñarse de nada menos que de la noche, y su símbolo inconfundible, otra vez está en su lugar. La luna es celebrada nuevamente por hombres que creen, otra vez, en la posibilidad de creer.
Cintia B. Pellegrini