Lauchas
Lauchas
- 1 abril, 2018
- Posted by: Jitanjáfora
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Lauchas
Iris Rivera
Editorial SM
Colección El barco de vapor, serie Roja.
2017
Fina, la jubilada más pulcra del barrio cada domingo recibe a diez lauchas y las agasaja con un gran plato de pochoclos. Pero un domingo, estando el plato recién servido, suena el timbre y empieza la historia. El Pino y el Aníbal, que trabajan de la lástima, casi sin pensarlo aceptan la invitación de la Vieja que les ofrece su único manjar con la condición de que se laven cuidadosamente las manos. Esta vez el pochoclo no fue para la banda de La Maicera, fue para unos pibes que viven con su mamá, su hermanita y el Ciruja en el subsuelo de Estación Constitución, su palacio.
Un accidente (¿o dos?) y esta pandilla de roedores hacen que el Pino, el Aníbal, Fina y la Purohuesos entretejan sus destinos. Entre hospitales, la casa de Fina y Estación Constitución se genera un corredor donde lauchas y chicos son visibles o invisibles, según quién, según para qué… “Es que los menores andan, pero no pueden andar. No pueden andar, pero andan. (…) Ellos andan sin poder andar, ja. Hacen magia, ellos.”
Vidas que están tejidas y destejidas con palabras dichas, escritas, escuchadas, repetidas, silenciadas. Palabras para jugar y nombrar y darle sentido a lo que parece no tenerlo. La voz y la manera de ver el mundo de dos nenes en situación de calle que trabajan en los trenes se entrecruzan con la incredulidad de quién ha criado con amor y dedicación maternal a sus hermanos menores que decidieron “hacer sus vidas, como las lauchas”. Una carta leída mil veces con la añoranza y la nostalgia de un tiempo compartido. Distintas caras de la misma soledad, distintos modos de estar desamparados.
Iris cuenta, en uno de los paratextos que para escribir Lauchas se propuso un juego… quizás esa intención lúdica pone en evidencia las diferentes posibilidades de decir y de entender. Las palabras que Pino no sabe leer pero que escucha y mastica, las que la vieja repite, las que Lupe comparte. Una bellísima historia que interpela e invita a mirar alrededor para que nadie sea invisible. Con su escritura sensible y poética, la autora, nos lleva ver el mundo desde un zócalo o desde la copa de un árbol…pero no para ser meros espectadores, sino para incitarnos a torcer destinos, para sacudir emociones y ponernos en movimiento.
Marianela Valdivia