Mi padre fue rey
Thierry Robberecht y Philippe Goossens
Zaragoza
Edelvives
2009

Texto sencillo y directo de un cuento belga, en el que un niño narra que tenía el mejor papá del mundo porque jugaba mucho con él, en especial a las escondidas. “Pero un día, unos caballeros muy estirados le preguntaron si quería ser rey” y le pusieron una corona en la cabeza. Entonces, el papá comenzó a  crecer y a transformarse, cada vez más, “y cuando más crecía mi papá menos lo veíamos mi mamá y yo”. El niño sanciona la conducta del padre y esto se ve reforzado con ilustraciones complejas y contundentes que muestran el contraste entre la vida pública y privada.

Hay sintonía entre imagen y contenido: la vida íntima y habitual aparece diminuta e insignificante, al ras del suelo, con tonos suaves y verdosos en las escenas cómplices de juego entre padre e hijo. En cambio el rey es un enorme huevo, irrumpen dibujos geométricos y el paisaje adquiere grandes dimensiones para el reino del dominio y la ambición y se sitúa al rey lejos de lo cotidiano.

La estructura del relato es simétrica, se cierra con la misma situación feliz con la que se inicia, el juego entre padre e hijo. Una ficción sobre las cosas importantes de la vida contada con voz de niño e ilustrada con un gran despliegue de recursos.

Esther Mora
(Julio de 2015)