Unidos contra Drácula
Unidos contra Drácula
Luis María Pescetti
Buenos Aires
Alfaguara
2013
Si Luis María Pescetti nos acostumbró al humor cercano a lo cotidiano, a mirar el mundo con ojos de niño, a cantar y a jugar con el lenguaje, en este último libro publicado a fines de 2013, nos invita otra vez desde un concepto aún más desestructurado: el libro se compone de una cantidad importante de textos variados, quebrando la expectativa de algunos de sus seguidores (por ejemplo los que insisten en “pedagogizarlo”) ya que la pluralidad de géneros, de registros, la diversa extensión, hacen de este libro un “difícil de clasificar”, aunque siempre lúdico y accesible para los lectores de casi cualquier edad.
El título y la tapa (que sugieren algo de misterio) nos llevan por un camino que es defraudado desde el primer verso del primer poema. Los juegos de palabras, el disparate, las alusiones al mundo cotidiano de los chicos, las tecnologías, el uso del inglés, el consumo, se misturan de modo natural con otros recursos como la nostalgia, lo poético como gesto, heredado de los adultos, que están también presentes en el libro deslizando toques de añoranza, de soledad, del inevitable paso del tiempo. Drácula es sólo uno más de los elementos que se usan para convocar los sentires de la infancia, en este caso el miedo, pero -vale aclararlo- Unidos contra Dráculano es un libro “de terror”. Es sí un libro descontracturado, juguetón, desafiante, que se funda en el extrañamiento de lo cotidiano como un mecanismo para pensar la vida, para conjugar los verbos -aún los más difíciles como el verbo “ser”- cantando o rimando. La lectura en sí misma, el texto porque sí, tan cercanos al juego de los chicos, se refuerzan en la despedida del texto, “El autor no se hace responsable por las lecturas que sigan después de esta” pero nos deja una especie de bendición: “Que tengas canciones, comida, alegría, muchas aventuras que agranden tu vida”. Y, por supuesto, muchos libros.
María José Troglia
(Abril de 2014)