Las lecturas propuestas en este recorrido suponen un escenario nutrido por el afecto donde un pequeño lector (bebé – niño) y un adulto mediador se encuentran a través de las palabras que ofrece el texto.
Palabras que en algunos casos, carecen de sentido pero están cargadas de sonoridad, ritmo, repetición e invitan al juego y al placer de volver a escucharlas.
Algunas evocan cantos ancestrales, arrullos, nanas, fórmulas para curar o nombrar el cuerpo diminuto de quien las escucha.
Otras contienen historias sencillas en las que la imagen cobra protagonismo: acompañando la enumeración, armando o desarmando al personaje, buscando debajo de las solapas como en el juego infantil de “¿no está? ¡acá está!”
Son libros para leer a upa, con permiso para tocarlos, morderlos o quedarse dormido sobre ellos.