Natalia Ramallo Núñez
Natalia Ramallo Núñez
- 6 febrero, 2022
- Posted by: pedro
Según mi mamá, empecé a hablar “clarito” antes del año (yo creo que exagera), pero lo cierto es que las palabras me llegaron tempranamente y a mis cuatro años ya leía.
Según mi maestra de primer grado a la que sigo viendo con cierta frecuencia, ella me pedía que les leyera en voz alta a mis compañeras (y aunque también exagera, puedo decir que es cierto).
Amo leer y leer a otros. Necesito tener libros cerca: en mi casa, en mi trabajo, en los viajes… Siempre tengo alguno en la cartera para los momentos de espera o mis traslados en colectivo.
Fueron mis padres, sin duda, los que me llenaron de lecturas. Desde los cuentos inventados hasta los libros que cada año llegaban para mi cumpleaños o cuando se diera la ocasión de regalar.
“A Natalia, en su primer Día de Reyes. 6 de enero de 1970.” Así dice la primera hoja de El Principito que aún conservo en mi biblioteca.
Allí también guardo como un tesoro la colección de Monteiro Lobato, Las travesuras de Naricita, que mi abuela Luisa me regaló antes de irse. Cuando abro alguno de esos libros vuelvo a su casa, precisamente al parque con perfume a jazmines y ahí estoy yo, tirada en el pasto, leyendo.
La vida para mí está llena de hermosos momentos que pueden guardarse como una foto, solamente hay que sacarla en el instante preciso. Será por eso que me gusta tanto crear escenarios que acompañen la lectura y los lleno de colores, papelitos o paraguas transparentes…
Tengo más de 70 versiones de Caperucita Roja, esta nena que sale de su casa y en el camino tropieza con el lobo. La misma que me llevó a Jitanjáfora donde encontré el lugar perfecto para compartir el juego del “Había una vez”.
Y desde que formo parte, no paro de aprender.