Puertas
Puertas
- 20 abril, 2025
- Posted by: Jitanjáfora

Puertas
Iris Rivera
Buenos Aires
La Gran Nilson
2020
Este libro está articulado en cinco partes: Umbral, Puertas afuera, Puertas adentro, Portazos, De otras puertas.
Umbral reúne textos que tienen un común denominador en lo metapoético. Son formas de aproximarse a lo que es escribir, la poesía, el libro y, finalmente, el silencio, tema central de lo poético: “como en una guirnalda / de luces / la bombita apagada / brilla / por su ausencia”.
Puertas afuera nos lleva a mirar con el yo que habla en el poema la belleza que hay en el entorno cotidiano: burbuja, malvón, paloma, araña. Pero esa mirada no tarda en apuntar al sujeto que mira. La flor del amarilis es bella, pero la arranca ni bien se marchita: “como si las arrugas / […] / me incomodaran tanto / algo está mal / y no en la flor del amarilis / la inocente”
Puertas adentro comienza con el epígrafe: “inmersión / dijeron / las palabras”. En consecuencia, los poemas transitan por cuestiones como el deseo (“ya sé colgar deseos / en el cordel del viento / con broches de aire”), el ausentarse, la introspección, la memoria de los padres, la falta: “como una taza vacía / como un pozo / como una taza que tenía té caliente / y ahora no / pero conserva las paredes tibias”.
En Portazos (“limo estas uñas / que si no las limara / serían garras”) se diseminan imágenes de ira: “qué dragona desova / el huevo de la furia”, de rabia que desborda, de carne abierta por la herida, de insoportable malestar. El origen se desplaza y apunta alternativamente al propio yo, al otro (“que te vas que te vas / ¿y qué estás esperando?”), al contexto histórico- social que penetra en la subjetividad y la pone en conflicto: “no quisiera tener que elegir / de qué color llevo el pañuelo”.
Finalmente, De otras puertas nos sumerge en una suerte de montaña rusa donde la despojada escritura de la poeta se tiñe de escepticismo y renuncia a las plegarias por inútiles: del otro lado hay alguien que “por atenderlas / se complica / se embarulla / […] suelta el teclado / y al final ocurre / lo que sea / que tenga / que ocurrir”. Nos regala la historia (más potente que cualquier proclama feminista) de la madre de nueve hijos que prendió fuego a la cama donde los concibiera. Y, ya de salida, nos deja un regalo de esperanza en tres versos aforísticos: “el duraznero cree / en / la semilla.”
Una poesía que tiene su lectora ideal en la mujer adulta. Pero no solo.
Elena Stapich
Abril, 2025