Cuando la literatura se mira a sí misma: un recorrido por la metaficción
Cuando la literatura se mira a sí misma: un recorrido por la metaficción
- 20 julio, 2020
- Posted by: Jitanjáfora
Compiladores: Carina Curutchet y Ma. Marta Martínez
Año: 2020
Título: El libro en el libro en el libro
Autor: Jörg Müller
Editorial: Serres
Lugar de Edición: Barcelona
Año: 2002
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Título: El libro más genial que he leído
Autor: Christian Voltz
Editorial: Océano Travesía
Lugar de Edición: España
Año: 2011
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Título: Dario de un escritor
Autor: Oche Califa
Editorial: SM
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 2009
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Título: Páginas mezcladas
Autor: Pablo De Santis
Editorial: Colihue
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 2001
Más info: Colección La Movida
Título: La historia interminable
Autor: Michael Ende
Editorial: Alfaguara
Lugar de Edición: España
Año: 2015
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Título: Las termitas invasoras
Autor: Cecilia Pisos
Editorial: Alfaguara
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 2008
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Título: Cuento con ogro y princesa
Autor: Ricardo Mariño
Editorial: Colihue
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 2010
Más info: Colección Pajarito Remendado
Título: Historia del dragón y la princesa
Autor: Gustavo Roldán
Editorial: SM
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 2008
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Título: En el bosque
Autor: Anthony Browne
Editorial: Fondo de Cultura Económica
Lugar de Edición: México
Año: 2011
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Título: El túnel
Autor: Anthony Browne
Editorial: Fondo de Cultura Económica
Lugar de Edición: México
Año: 2011
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Título: Esa historia que nunca pude contarte
Autor: Brocha
Editorial: Libros-álbum del Eclipse
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 2009
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Título: La flor más grande del mundo
Autor: José Saramago
Editorial: Alfaguara
Lugar de Edición: Madrid
Año: 2001
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Título: Mateo y su gato rojo
Autor: Silvina Rocha
Editorial: Del Naranjo
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 2010
Más info: Colección Luna de Azafrán
Título: Diciembre súper álbum
Autor: Liliana Bodoc
Editorial: Alfaguara
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 2018
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Leemos juntos
Espejos, cintas de Moebius, mamushkas, capas de cebolla son algunas de las imágenes-símbolo que ilustran los modos de leer que proponen los relatos metaficcionales. Libros que interpelan al lector porque revelan la artimaña y llaman la atención sobre su forma. Problematizan los límites entre la ficción y la realidad, abren puertas hacia otros textos y reflexionan sobre su propio proceso de escritura.
Un papel de regalo a medio romper cubre la tapa del libro. Sin embargo podemos advertir parte de las imágenes de la ilustración. Nos deshacemos del papel y la tapa nos muestra a una niña sosteniendo un libro cuya tapa tiene la imagen de una niña sosteniendo un libro cuya tapa… y así hasta el infinito. Todavía no traspasamos el umbral de la portada y el libro ya nos desacomodó. Este texto le exige al lector correrse del sitio conocido, ubicarse en otro lugar. Diferente y extraño. Somos extranjeros en un espacio de lectura inexplorado. Si el argumento deja de ser el eje del texto, ¿qué nos depara la lectura de un libro que parece aún no haber comenzado? Se desarticula el lugar del lector no solo porque el procedimiento narrativo es diferente sino, también, porque sacude el modo habitual de leer. Estamos frente a un libro-álbum, formato textual que conjuga texto, imagen y diseño. Las ilustraciones cuentan lo que las palabras no dicen y las palabras refieren lo que la imagen no cuenta. El libro en el libro en el libro de Jörg Müller propone la posibilidad cierta de vivenciar la experiencia de lectura como un juego donde las reglas se reinventan junto con los modos de leer. Como libro metaficcional pone en primer plano el artificio; como libro-álbum, el formato.
Algunos textos, como El libro más genial que he leído de Christian Voltz, Diario de un escritor de Oche Califa, Páginas mezcladas de Pablo De Santis o La historia interminable de Michael Ende advierten desde el título sobre su propia materialidad. Con recursos propios del humor, el personaje protagonista del primer texto citado se pasea por las hojas del libro (cuestionando su límite material y jugando con el espacio) e interroga al autor, quien, invisible pero omnipresente, acepta las sugerencias de su creación y, de esta manera, modifica el curso de la historia. Por su parte, la obra de Califa es la puesta en escena de la cocina de escritura de un autor que perdió la inspiración. El encuentro con una niña, que entiende sobre los artificios de la ficción, le permitirá retomar el hilo de sus textos. La novela de De Santis es el resultado de la edición y corrección de un manuscrito hallado circunstancialmente. El último de los libros enumerados es, como se sabe, un clásico de la literatura juvenil. La historia de Bastián Baltasar Bux es la historia de un lector fanático que comienza a formar parte del libro que está leyendo. Se sumerge en su lectura. Literalmente.
Esa historia que nunca pude contarte de Brocha y La flor más grande del mundo de José Saramago tematizan la dificultad de escribir un relato al mismo tiempo que el lector lo va leyendo y construyendo el sentido en diálogo con las ilustraciones.
Lo que tienen en común los títulos seleccionados es que el contenido del texto es su propio proceso de construcción. Algo similar ocurre en Las termitas invasoras de Cecilia Pisos, donde Matías, el narrador protagonista, es escritor y comparte con nosotros, sus lectores, sus inquietudes acerca de esta tarea; además, pone de manifiesto los recursos que utiliza para generar suspenso narrativo, para “acelerar” la acción, en fin, nos hace saber que, si bien un objeto puede servir como disparador para “liberar” una historia “encerrada” (tal como él explica), luego hay que lograr que resulte interesante (para lo cual, confiesa, a veces debe exagerar un poco e inventar otro tanto). En otro guiño al lector, la propia autora aparece como personaje y ayuda a Matías a completar un capítulo de su novela, como “escritor suplente”.
La metaficción también puede manifestarse de la mano de personajes que cuestionan el verosímil. El relato de Ricardo Mariño, Cuento con ogro y princesa, problematiza las convenciones del género maravilloso, propone revisar estereotipos e invita al lector a posicionarse desde una visión crítica con respecto a su rol. Lo mismo sucede en Historia del dragón y la princesa, de Gustavo Roldán.
En el bosque y El túnel son ejemplos de textos que citan a otros textos. Los libros álbum del autor inglés Anthony Browne son reescrituras que invitan a la relectura de los relatos maravillosos. Ambos son relatos donde los personajes experimentan un pasaje de un plano a otro. Entramos y salimos de los libros y nos alcanza otro interrogante: ¿de qué naturaleza es nuestro vínculo con los libros como objetos materiales? Lo sensorial está en juego aquí también. La forma del libro nos dice cómo aprehenderlo.
Tanto para los primeros lectores como para los que ya están en carrera, podemos encontrar libros que problematizan el concepto de ficción. Es el caso de Mateo y su gato rojo de Silvina Rocha y Diciembre, Súper Álbum de Liliana Bodoc. De distintas maneras, la ficción y la realidad se confunden y se complementan, y los personajes atraviesan estos planos desafiando la atención del lector.
De esta manera, los límites de la ficción se ensanchan. Se constituye un nuevo pacto con el lector porque se establecen otras reglas signadas por lo lúdico y convergen, además, la propia experiencia de lectura con aquella que experimentan los personajes. Los libros metaficcionales nos obligan a volver al origen del camino que iniciamos como lectores. ¿Cómo ingresamos al mundo de la ficción?
Escenas de lectura. Graciela Montes se pregunta cómo se va construyendo el territorio del imaginario y para contestar a ese interrogante bucea en su memoria. Su abuela le narraba historias: “Ella personalmente estaba haciendo acontecer ese cuento. Lo que me ofrecía habitar era ficción, construcción en el vacío (…) Entre las dos permitíamos que la ficción existiese.” (Montes, G., La frontera indómita, p. 22). Esta escena de lectura nos habla de la invitación implícita que nos hace la ficción, de la forma en que somos interpelados por el libro cuando leemos. Este microrrelato de la autobiografía lectora de Montes explica el pacto ficcional que todo lector establece con sus libros. ¿Qué nos permiten volver a pensar sobre la lectura los libros metaficcionales? ¿Qué nuevo pacto proponen?
En este breve recorrido por una selección -acotada- de textos metaficcionales nos cruzamos con escritores que manifiestan sus dificultades para escribir pero se corrigen durante el tiempo que dura la historia y nuestra lectura. También con personajes que cuestionan el verosímil y de esta forma modifican las expectativas del lector porque al problematizar su propia condición también interpelan el límite material del libro. Asistimos a la desautomatización de la práctica de lectura. Se desarticulan las piezas del rompecabezas que vuelve a armarse en cada encuentro, único y subjetivo con un nuevo libro.