Los maestros en la literatura
Los maestros en la literatura
- 8 junio, 2018
- Posted by: Jitanjáfora
Compiladores: Elena Stapich, Marianela Valdivia, Rocío Malacarne y Mila Cañón
Año: 2018
Título: Cómo me hice monja
Autor: Aira, C.
Editorial: Beatriz Viterbo
Lugar de Edición: Rosario
Año: 1999
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Título: ¡Cómo se divertían!
Autor: Asimov, I.
Editorial:
Lugar de Edición:
Año:
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Título: ¡Mi maestra es un monstruo!
Autor: Brown, P.
Editorial: Océano
Lugar de Edición: España
Año: 2016
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Título: Mujercitas ¿eran las de antes? y otros escritos
Autor: Cabal, G.
Editorial: Sudamericana
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 1998
Más info:
Título: Una escuela para crear
Autor: Califa, O.
Editorial: Colihue
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 2001
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Título: Juvenilia
Autor: Cané, M.
Editorial:
Lugar de Edición:
Año:
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Título: Picaflores de cola roja
Autor: Devetach, L.
Editorial: Alfaguara
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 2003
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Título: "Maestras argentinas" En La mesa de los galanes y otros cuentos
Autor: Fontanarrosa, R.
Editorial: de la Flor
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 1997
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Título: "Lengua y literatura" en Muero contento y otros cuentos
Autor: Kohan, M.
Editorial: Beatriz Viterbo
Lugar de Edición: Rosario
Año: 1994
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Título: Te amo lectura; Chat, Natacha, chat; Nuestro planeta; Natacha
Autor: Pescetti, L.
Editorial: Alfaguara
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 2011
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Título: El profesor
Autor: Mc Court, F.
Editorial: Maeva
Lugar de Edición: Barcelona
Año:
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Título: Cómo funciona una maestra
Autor: Mattiangeli, S. y Carrer, Ch.
Editorial: Calibroscopio
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 2013
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Título: La escuela no siempre fue así
Autor: Pineau, P. y Baredes, C.
Editorial: Iamiqué
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 2008
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Título: "La escuela" en 10 años con Mafalda
Autor: Quino
Editorial: de la Flor
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 1995
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Título: Azul la cordillera
Autor: Ramos, M. C.
Editorial: Norma
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 2006
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Título: "La lengua de las mariposas" en Relatos invisibles
Autor: Rivas, M.
Editorial: Alfaguara
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 2005
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Título: "La palabra equivocada" en Un desierto lleno de gente
Autor: Valentino, E.
Editorial: Sudamericana
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año:
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Título: "La plapla" en Cuentopos de Gulubú
Autor: Walsh, M. E.
Editorial: Alfaguara
Lugar de Edición: Buenos Aires
Año: 2000
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Título: Silencio, niños
Autor: Wolf, E.
Editorial: Norma
Lugar de Edición: Colombia
Año:
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Los maestros en la literatura
Elena Stapich
Marianela Valdivia
Rocío Malacarne
Mila Cañón
2018
Mayo
Los libros
Aira, C. (1999). Cómo me hice monja. Rosario: Beatriz Viterbo
Asimov, I. “¡Cómo se divertían!”. Varias ediciones.
Brown, P. (2016) ¡Mi maestra es un monstruo! España: Océano
Barratier, Ch. (2004) (dir.) “Los coristas”
Cabal, G. (1998) Mujercitas ¿eran las de antes? y otros escritos. Buenos Aires: Sudamericana, Colección La llave.
Califa, O. (2001) Una escuela para crear. Buenos Aires: Colihue
Cané, M. Juvenilia. Varias ediciones.
Cantet, L. (2008) (dir.) “Entre los muros”
Cuerda, J. L. (2009) (dir.) “La lengua de las mariposas”
Devetach, L. (2003) Picaflores de cola roja. Buenos Aires: Alfaguara
Fontanarrosa, R. (1997). “Maestras argentinas: Clara Dezcurra”. En su: La mesa de los galanes y otros cuentos. Buenos Aires: Ediciones de La Flor.
Kohan, M. (1994). “Lengua y Literatura”. En su: Muero contento y otros cuentos. Rosario: Beatriz Viterbo.
Pescetti, L. (2011). Te amo, lectura (Natacha); Chat, Natacha, chat; Nuestro planeta, Natacha. Buenos Aires: Alfaguara.
McCourt, F. El profesor. Barcelona: Maeva.
Mattiangeli, S. y Carrer, Ch. (2013). Cómo funciona la maestra. Buenos Aires: Calibroscopio
Moro, M. (dir.) “La suplente”. Obra de teatral.
Pineau, P. y Baredes, C. (2008) La escuela no fue siempre así. Buenos Aires: Iamiqué.
Quino (1995) “La escuela”. En 10 años con Mafalda. Buenos Aires: Ediciones De la Flor.
Parker, A. (1982) (dir.) “The wall”
Ramos, M. C. (2006). Azul la cordillera. Buenos Aires: Norma
Rivas, M. (2005). “La lengua de las mariposas”. En Relatos invisibles. Buenos Aires: Alfaguara.
Valentino, Esteban “La palabra equivocada”. En Un desierto lleno de gente. Buenos Aires: Sudamericana.
Walsh, M. E. (2000) “La plapla”. En Cuentopos de Gulubú. Buenos Aires: Alfaguara
Wolf, E. (1999) ¡Silencio, niños! y otros cuentos. Colombia: Norma
Leemos juntos
Maestros de todos los tiempos
La relación entre los niños y los adultos, la relación de un adulto especial, marcado social e históricamente por su rol escolar y sus estudiantes, puede tener muchos matices, miradas siempre políticas acerca de la construcción del personaje docente. El juego de las representaciones y los estereotipos ingresa en la literatura a lo largo del tiempo: maestros, docentes, profesores, mentores, guías… y los lectores inevitablemente se chocan con su historia escolar para bien o para mal. La ficción busca y cuenta los bemoles de ser maestro, hace opciones, busca y descubre puntos de vista.
Este itinerario invita al diálogo, si se piensa que la lectura lo es; genera rupturas, muestra un recorrido, desde la Literatura para niños, pasando por el ensayo, la biografía o el texto informativo, hasta los textos destinados a lectores entrenados.
Ema Wolf, maestra del humor, elige la parodia para enfocarse en el tema. Un cuento como ¡Silencio niños! genera la risa si el lector entrenado logra el intertexto y si no, el espacio del diálogo puede reponer personajes e historias para que la risa en la lectura genere también el crecimiento del lector. Efecto semejante genera el álbum ¡Mi maestra es un monstruo!, mucho más actual. La maestra Kirby en el aula (en la escuela) es enorme, su ilustración ocupa a veces toda la hoja y mientras ella afirma que no es cierto que sea un monstruo: “No es cierto”- dice-, su voz es fuerte, sus dientes afilados como los de un monstruo, su piel verde asusta y los niños pequeños casi no dicen. Razón de más para que el mediador plantee la dicotomía interesante entre ser y parecer que este libro tan bien diseñado muestra, para buscar indicios, comparar ilustraciones y ver qué pasa de interesante allí.
Tal vez en La Plapla de Walsh y Picaflores de cola roja se represente a dos maestras muy diferentes, pero ¡anímense!, es necesario leer estos cuentos para que los chicos se imaginen que todo es posible: hasta una letra nueva que baila, hasta unos adultos que pueden o no imaginar. De eso se trata leer cuentos que desafían el poder del adulto y la imaginación infantil, con estos libros para los pequeños lectores.
Podemos crecer en este recorrido y encontrarnos otros docentes en la saga de Luis María Pescetti especialmente en Te amo, lectura (Natacha), Chat, Natacha, chat y Nuestro planeta, Natacha, donde además de la figura del docente lo que se problematiza son las tareas escolares y esos intersticios entre la consigna, la interpretación y la resolución. Estos espacios, justamente, pueden ser el disparador para entablar el diálogo. El mediador de estos lectores infantiles más entrenados puede hallar las claves de lectura que esta saga propone desde la relación entre niños y adultos y también desde las cofradías, alianzas y enemistades que se tejen en sus obras. ¿Cómo se logra el humor en estas novelas? A través de muchos de los guiños al lector infantil, de sucesivas transgresiones al código, a la relación niño-adulto; por la identificación total con cosas que les pasan a los chicos y que ellos encuentran escritas en un libro de literatura. Pero también con la novela breve Azul, la cordillera (1995) de María Cristina Ramos que con la tibieza del relato narra la historia de una maestra primeriza, en una novela situada en la cordillera, en una escuela de montaña, en una escuela diferente. Dos realidades, dos representaciones bastantes realistas, un recorte que exige lecturas críticas: niños de ciudad, niños que sufren la intemperie. De esto se puede hablar, reír y llorar mientras se dialoga acerca de la lectura.
Otros libros circulan por el mundo editorial, en el límite de lo ficcional, en donde prevalece la trama descriptiva: “Hay maestras largas y maestras cortas. Maestras gruesas y maestras finas. Una maestra pequeña no es media maestra, así como una muy grande no vale el doble”. La ilustración casi de manual diseña un todo híbrido y sugerente en: Cómo funciona una maestra. Quienes también explican cómo funcionan son los protagonistas del cuento de Asimov, “¡Cómo se divertían!” (“¡Cuánto se divertían!”, según la traducción); maestros del pasado y de un presente futuro, el año 2157, para cuando este autor de ciencia ficción imaginaba un docente robótico y domiciliario. Los niños se debaten entre los dos tipos de enseñanza: ¿Humano o robot? ¿Estudiar en una escuela o en casa? ¿Acompañados o solos? “Margie siguió pensando en lo mucho que tuvo que gustarles la escuela a los chicos en los tiempos antiguos. Siguió pensando en cómo se divertían.”
Es que, como mencionamos, pensar en los maestros está íntimamente relacionado con pensar en el tiempo, ya que sus roles se modifican constantemente, de la mano de cambios sociales, culturales, económicos. Preguntarnos ¿Qué es un maestro? necesita que repongamos su contexto. De la imagen de una maestra-madre a un monstruo verde, de una escuela con libros para unos pocos -encerrados en una biblioteca inaccesible y junto a un esqueleto (en: Cabal)- a una biblioteca con estantes abiertos. Mafalda es quien ha denunciado críticamente esos primeros modelos de enseñanza, entre la cursiva y oraciones carentes de sentido comunicativo, a la letra imprenta que sabe del mundo, como este personaje de Quino:
Pablo Bernasconi también se muestra crítico, pero, en su caso, de las políticas estatales que, en muchas ocasiones, poco saben del valor de la educación pública, como un derecho, obligación del estado. En ocasión de paros docentes, marchas federales, días del maestro, entre otros, hemos podido ver en su página de Facebook publicaciones como las siguientes:
Los maestros en la literatura “sin atributos”
Aquí daremos cuenta de un corpus de textos que tal vez no acercaríamos a niños y adolescentes (o tal vez sí, según el contexto) pero que sin duda pueden ser interesantes para los mediadores.
Uno de ellos es Maestras Argentinas. Clara Dezcurra, en el que Roberto Fontanarrosa realiza una parodia de El matadero, de Esteban Echeverría, mientras cuenta las tribulaciones de una maestra que da clase en el matadero y que tiene por alumnos a los obreros que trabajan allí, todos federales, excepto uno, que porta la barba en forma de U que lo distingue como unitario. Clara está enseñando el abecedario y teme llegar a esa letra y que sus alumnos se den cuenta de la identidad política del compañero diferente y lo maten. En el mismo tono disparatado se narran las dificultades de Clara para introducir innovaciones educativas, como su propuesta de composición tema “La vaca”.
A Martín Kohan pertenece “Lengua y Literatura”, un cuento que transcurre en la hora de clase en que un profesor particular intenta hacerle comprender a su alumno el análisis sintáctico de una oración. Narrado desde la perspectiva del chico, permite seguir sus razonamientos, los que, sin carecer de lógica, no hacen, sin embargo, más que exasperar al docente. La situación se vuelve tensa hasta el desenlace, inesperado.
Otro tipo de docente aparece en La lengua de las mariposas, relato de Manuel Rivas que tuvo amplia circulación a través del cine. Ambientado en la guerra civil española, un niño temeroso de empezar la escuela se vincula con un maestro afectuoso que despierta en él la curiosidad y el deseo de conocer. Un final amargo cierra la historia, atravesada por grandezas y miserias humanas que salen a la luz cuando la violencia apremia.
El Profesor es la autobiografía del escritor Frank Mc Court, en su faceta como docente. Puede facilitar la identificación de quienes se inician en la docencia, ya que resulta un relato que con humor e ironía cuenta las peripecias que atravesó el autor desde su formación como profesor y sus primeros trabajos hasta convertirse en un docente experimentado.
Por último, y sin pretensión de agotar el repertorio de textos que se enfocan sobre la figura del docente, resulta muy interesante el capítulo de Cómo me hice monja, de César Aira, en el que el narrador cuenta su ingreso a la escuela primaria, su descubrimiento casi casual del carácter simbólico de los textos -que eran hasta entonces jeroglíficos sin sentido que la maestra les hacía copiar- y su relación con la docente. La maestra del texto de Aira se victimiza, su discurso se vuelve psicótico y se comienza a repetir, haciendo eje en el tópico de “la segunda mamá”.
Así, de tiempo en tiempo, de texto en texto, podemos seguir preguntándonos ¿Qué es un maestro? Respuesta no habrá sólo una: para todas las edades, desde el teatro, el cine o un libro, en la ciudad o en cordilleras, maestros censores o liberadores, reconocidos u olvidados…