Como una guerra
Como una guerra
Andrés Sobico
Ilustraciones de Adamo, Paula
Buenos Aires
Libros-álbum del eclipse
2012
Este es uno de esos libros cuyos paratextos no carecen de importancia. “Dedicado a todos esos chicos que estuvieron y a los que, de alguna manera, aún están allá.” Al pie de la página “Andrés (21 en el 82) – Paula (8 en el 82)”, información que ya figuraba en la solapa que contiene los datos de los autores.
Si agregamos que ya desde la tapa hay fotos de soldaditos de plomo (o de plástico), no es difícil adivinar de qué habla la historia. Pero también hay una pelota roja, siempre presente. ¿La guerra de Malvinas y los chicos? Uno de los paratextos de la contratapa dice “Para chicos y grandes”, dibujando así, desde la retórica editorial, un lector que son dos.
Como una guerra, efectivamente, puede ser un libro para grandes o un libro que los grandes lean con los chicos. Dará qué pensar, dará para hablar. Escrito como el relato de un relato, la voz de un chico narra en primera persona lo que le contó su tío, que estuvo en la guerra, en una “de verdad”, contrapuesta a la guerra “de mentira” a la que él juega con su amigo.
Escritor e ilustradora han trabajado el proyecto en común. La ilustradora eligió la técnica del collage, los dibujos con estilo infantil, simples y con los bordes remarcados por varios trazos, como quedan los dibujos de los chicos a veces, corregidos o calcados. También de la cultura infantil toma el papel barrilete y de calcar, las hojas rayadas de cuadernos o carpeta, las líneas de puntos y palabras incluidas dentro de la ilustración, el coloreado a lápiz, así como los globos de historieta con onomatopeyas.
Como suele ocurrir en el libro-álbum, el sentido se construye en la interacción entre los lenguajes: la ironía, por ejemplo, pasa del texto a las ilustraciones (ver el dibujo del soldado con un arma de juguete).
Algunos efectos de lectura que puede producir este libro: cierta nostalgia por los juegos infantiles y los patios con macetas antiguas, pero, sobre todo, la certeza de que los chicos no viven en una burbuja, son afectados por lo que ocurre con los adultos y, a su vez, nos afectan.
Elena Stapich
(junio de 2012)