Cuentos cansados
Cuentos cansados
- 15 diciembre, 2021
- Posted by: Jitanjáfora

Cuentos cansados
Mario Levrero – Diego Bianki (ilustraciones)
Buenos Aires, Pequeño Editor, 2021
Este libro reúne cinco relatos de Mario Levrero, el autor uruguayo, importante referente de la literatura latinoamericana, en una faceta desconocida: escribiendo para público infantil.
Los relatos poseen una estructura similar. Hay dos voces que dialogan:
“NICOLÁS: Contame un cuento.
YO: No, estoy cansado.
NICOLÁS: No importa que estés cansado. Contame un cuento igual.
YO: Pero sería un cuento cansado.
NICOLÁS: Sí, sí. No importa que sea un cuento cansado.
YO: Bueno. (Bostezo). Había una vez…
[…]
NICOLÁS: Otro.
Todos los cuentos tienen por protagonista a un señor –muy cansado, como era de esperar- que se queda dormido en las circunstancias más insólitas: adentro de un paraguas, en el zoológico, sobre un patín que se desliza calle abajo, o mientras su casa es desvalijada por los ladrones. Son historias que tienen un tono humorístico, absurdo, disparatado, como la que narra cómo el señor que se estaba muriendo de sueño quiere llegar a su cama y para eso estira su nariz, su cabeza, de modo que ellas se acuestan primero y el resto del cuerpo, que también parece elástico, las alcanza un poco después.
Son historias leves, burbujas de jabón que brillan y explotan. En algún punto nos remiten a los relatos de Gianni Rodari, no sólo a Cuentos por teléfono –también con diálogos entre padre e hijo- sino además a otros libros, con historias juguetonas y humorísticas, muchas veces rozando el disparate.
Las ilustraciones de Diego Bianki son muy bellas, poéticas, algo psicodélicas, con fondos estrellados, como corresponde al momento del cuento-antes-de-dormir (aunque en este caso parece más cerca de dormir el adulto que el tal Nicolás, a quien suponemos su hijo).
Diego Bianki suele abordar técnicas distintas en los diferentes libros que ilustra. En este caso, en los datos referidos a la edición, se nos informa que “se cortaron figuras en acetato sobre las cuales se aplicó témpera con pincel y rodillo; esas matrices se estamparon luego sobre la hoja.” De ahí que las imágenes tengan el aspecto de un grabado, aunque algunos detalles se hayan completado con métodos más sencillos.
Es muy posible que estos Cuentos cansados diviertan al público de pocos años y risa fácil. También es posible que el lector adulto se sienta identificado con este YO que se cae de sueño, mientras alguien le sigue pidiendo: Otro.
Elena Stapich
diciembre de 2021