Cuidado que hay trampa. Cuentos del mundo sobre trampas y tramposos
Cuidado que hay trampa. Cuentos del mundo sobre trampas y tramposos
- 13 agosto, 2016
- Posted by: Jitanjáfora
- Category: Noticias

Cuidado que hay trampa. Cuentos del mundo sobre trampas y tramposos
Shua, Ana María
Bs. As.
Primera Sudamericana
2009
La antología de Ana María Shua nos presenta un nutrido corpus de textos literarios que recorren la figura del tramposo a lo largo de distintas tradiciones culturales tan alejadas a nosotros como las del Cercano Oriente, la de Camerún, la japonesa, la sioux o la persa, entre otros. Asimismo, aparecen relatos más cercanos como los de origen latinoamericano, judío o alemán. En todos ellos aparece el engaño en todas sus vertientes posibles.
Los personajes oscilan entre seres humanos y animales, entre poderosos y débiles. Aparecen temas tan universales como el préstamo nunca devuelto, el médico que no lo es, la mentira más mentirosa, el empleado que burla a su patrón, el esclavo que logra su libertad y la de sus compañeros, la burla al inmigrante con un “cuento del tío”, entre otros.
A su vez, algunos de los relatos pueden leerse en clave de leyenda popular, ya que se proponen, por ejemplo, explicar por qué el emú, animal extraño que habita en Australia, no tiene alas; así como también por qué motivo el zorro tiene “boca estirada y cara de risa”, al haber burlado desde siempre al lobo.
Un gran aporte que hace Shua en esta edición es el prólogo, que introduce el motivo del tramposo y la trampa a lo largo de la historia literaria. Para ello, realiza un breve y entretenido recorrido histórico sobre los motivos y los actores del engaño hasta nuestros días, en los que los hackers y estafadores virtuales están a la orden del día.
Lo que enriquece aún más a este libro es la explicación que sucede a cada relato, ya que nos trae información sobre su origen y vinculación con otros relatos similares, aunque lejanos en tiempo y espacio.
Shua nos previene desde la tapa que tengamos cuidado, porque estemos donde estemos, podremos ser víctimas de un engaño. Al menos, estamos avisados.
Cintia Pellegrini (Mayo de 2014)