El viento de furia
El viento de furia
Gustavo Roldán
Claudia Degliuomini (Ilustr)
Córdoba
Comunicarte
2011
Muchas cosas pueden pasar cuando en el monte sopla un viento caliente como de furia. Y más aún si los protagonistas de esta historia son el piojo, la pulga, el bicho colorado, la lechuza… A orillas del Bermejo, en el monte chaqueño, estos entrañables personajes cobran vida nuevamente a través de la pluma de Gustavo Roldán y del pincel de Claudia Degiuomini.
La historia comienza con una sucesión de hechos que oscilan entre lo cotidiano y lo extraordinario: “Primero llegó ese viento que era como un viento de furia. Nadie dijo nada, porque al fin y al cabo, un viento no es cosa rara (…) Y ahí mismo una iguana cruzó por el camino. Claro que eso se ve todos los días, pero esta vez alguien dijo que la iguana caminaba de una manera rara”. La lechuza, que todo lo sabe y, que, además, es experta en malos augurios, presagia que algo malo sucederá. Las sospechas y los rumores se magnifican al pasar de boca en boca, como rumor de pueblo, como intriga, como un secreto que inquieta. Pero mientras que algunos huyen en un silencio egoísta, otros se divierten en grupo y disfrutan de las cosas lindas de la vida.
En las ilustraciones de Degliuomini, los tonos pasteles, las texturas sutiles, la superposición de formas y las transparencias embellecen las figuras planas y les otorgan calidez a estos personajes y a su entorno. El rojo invade las páginas cuando el “caliente viento norte, de esos que no se empardan” avanza sobre el monte; por el contrario, un verde refrescante nos invita a zambullirnos en el río y a correr carreras sobre el yacaré junto con el piojo chamamecero, la pulga y el bicho colorado.
«Aspiro a escribir textos donde la cantidad de años que tenga el lector no sea más que un accidente como el verano o la lluvia o el frío», dice Roldán en su autobiografía. El viento de furia es un ejemplo más que nos confirma que lo ha logrado.
Carina Curutchet
(Septiembre de 2015)