Equis y Zeta
Equis y Zeta
Jorge Luján e Isol
Buenos Aires
Sudamericana
2008
El título inicia el juego: es el recitado final del alfabeto, con el ritmo y la cadencia con que lo hemos repetido tantas veces; son letras, son nombres, son personajes. Pero, son letras que suenan raro, que a veces no sabemos dónde van, que cuesta pronunciar, que no todos decimos de la misma manera. Aunque aquí también Equis y Zeta son los nombres de dos hermanos pequeños “que inauguran el mundo, zigzaguean a sus padres y toman los días por asalto como piratas de lo desconocido”, según se afirma en la contratapa.
Los hermanos son los protagonistas de las historietas que con lucidez, humor y una gran sensibilidad poética nos invitan a descubrir lo cotidiano con la mirada irreverente y cuestionadora de los niños. Surgen así preguntas incómodas, graciosas, ocurrentes.
Surgen también metáforas, imágenes frescas, hallazgos verbales y visuales. Así, si el reflejo de sol que entra por la ventana dibuja un rectángulo de luz en una viñeta oscura Zeta afirma feliz: “¡Miren! Una sabanita de sol”. Las olas son “la peluquita del mar” y ante un rojizo atardecer le explica a su hermanita que “el día se fue y olvidó su luz”.
Por su parte, las ilustraciones de Isol se escapan de los bordes: trascienden las viñetas y los límites del dibujo. Los colores arbitrarios dicen más que la mimesis y la copia contribuyendo de este modo a crear un clima especial, cálido, repleto de poesía y magia.
Un libro para leer con los grandes; un texto para gozar con los niños; una obra en la que todos encontramos guiños y rendijas por las cuales ingresar al universo de la infancia.
Carola Hermida