La niña de agua
La niña de agua
- 1 mayo, 2017
- Posted by: Jitanjáfora
La niña de agua
Iris Rivera
Ilustraciones de Josefina Calvo
Del Naranjo – Colección luna de azafrán
2015
Ésta es una historia de aguas profundas. La historia de un lago. La historia de una niña y un lago. La historia de una niña, un lago y un pescador de lunas. Iris Rivera nos sumerge, a través de sus palabras y en conjunto con las ilustraciones de Josefina Calvo, en un relato en el que los encuentros, las transformaciones y los silencios cobran protagonismo.
“Se hizo un silencio insoportable/ de aire quieto/ y en la garganta de la noche/ la niña comenzó a cantar. / Era un canto envolvente/ parecido a una niebla/ casi un perfume”. Nos mecemos y nos cautivamos a través del canto de la niña, un personaje mágico que nos remonta a seres mitológicos como la sirena, la ninfa, logrando que nos enreden y nos lleven aguas adentro, ante una lectura cargada de misterios.
Una de las escenas más atrapantes de este libro es el encuentro entre la niña como ser mitológico y el pescador de lunas, es decir, con el humano. “La niña de agua lo enredó/ lo llevó lago adentro/ allí donde la luna/ se balanceaba como un pétalo. Toda la noche estuvo el pescador/ abrazando a la niña/ escondida en su pelo/ buceándola”. Este encuentroparece detener el tiempo y dejar flotando la escena, meciendo al pescador con el dulce canto y arrullo de la niña. Pero todas las noches terminan y comienzan los amaneceres, que confunden y disuelven: “Pero/ con la primera luz de la mañana/ el canto de la niña se disolvió/ y el pescador de pronto solo/ confundido sin niña y sin luna/ respiró a bocanadas el amanecer”.
Las ilustraciones de Josefina Calvo realizadas a través de la técnica del collage, cargan aún más de misterio y profundidad a esta historia, la utilización de colores oscuros como el bordó, el negro, nos remiten a la noche, al misterio, a la inmensidad del mar. Sin embargo, el amanecer nos invita a visualizar otra paleta de colores como el blanco, el rosa y el gris.
Quedan invitados a sumergirse y dejarse mecer por este bello texto cargado de profundidad.
Melina López de Ipiña (Mayo de 2017)