Un largo roce de alas
Un largo roce de alas
Gustavo Roldán
Ilustraciones de Luis Scafati
Buenos Aires,
Primera Sudamericana. Colección Pan flauta
2003
59 pp.
“Primero fue un canto pequeño, perdido entre las ramas de los árboles. Después, a la distancia…” comienza a sonar una nueva historia en el monte. Un largo roce de alas, de Gustavo Roldán, presenta nuevos protagonistas, no ya don sapo, sino el sonido y el tacto, todos los sentidos contemplando expectantes otro nuevo relato. El lector puede percibir un roce (lentamente), de palabras-alas que suenan al compás de las chicharras, representantes de la música en la inmensidad de la naturaleza, en otra inmensidad, la del libro.
Las chicharras no son cantantes inertes sino que se encargan de tejer notas musicales, “entre hoja y hoja, entre rama y rama, entre tronco y tronco, fueron llenando los huecos con música hasta no
dejar ningún rincón vacío, ningún espacio sin sonido.” A medida que ellas cantan, el libro avanza, se va escribiendo y se va leyendo, los frutos del monte nacen, maduran dulcemente y van esperando al mejor de los veranos. Pero, casi sin previo aviso vemos un puma, delineado también por el ilustrador Luis Scafati, que ruge de rabia manchando la hoja… Semejante sonido suena, pero no como el canto, sino contra él… “¡Basta de cantar!”, ordena. Y las órdenes son órdenes, y el puma es el puma. ¿Se habrá acabado el libro música? Puede que alguna vizcacha metiche intente congraciarse con LA ley y defienda las prohibiciones del felino… Por fin, el silencio: “lo único que se prohíbe es cantar”. Pero ante este escenario, si el libro de Roldán es un canto, es probable que en dos líneas más acabe.
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Si no hay canto no llega el verano, las letras y las líneas no tienen razón de ser. Las chicharras se reconocen voladoras y deciden retomar su esencia… Por aquí, por allí, se oye una canción. Por acá, por allá, se ve una letra, una línea. Por acá, por allí, se siente una brisa que roza. El monte vuelve a ser una fiesta, el tigre lo acepta y las vizcachas ya no tienen nada que defender.
Así es este libro de Gustavo Roldán, un libro sonoro, o mejor dicho, un libro que está sonando, como la colección de la editorial Primera Sudamericana, un pan, una flauta…
Rocío Malacarne